Ferrowhite
ocupa el edificio que fuera taller de mantenimiento
de la ex usina General San Martín. Este espacio
representa para el museo mucho más que una
simple sede. Señala, además, un punto
de vista sobre la historia que aquí se cuenta.
Implica que el relato de esa historia no debería
ser entendido como algo dado, sino como un proceso
en permanente construcción orientado a incidir
sobre el presente. Una construcción que, como
todo lo que se hace en un taller, depende necesariamente
de una tarea colectiva.

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El taller de la usina es una construcción de
arquitectura racionalista montada sobre una estructura
de hormigón armado de excepcional solidez que
fue inaugurada en el año 1962. Componen Ferrowhite:
una sala de muestras, dos salas menores para muestras
semipermanentes, una sala de usos múltiples,
un archivo para fotografías y material documental,
dos oficinas, un grupo sanitario, una pequeña
cocina, y un depósito a la vista del público
especialmente preparado para tareas de conservación.
El museo ocupa una superficie total de 2500 metros cuadrados.
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El taller de la usina representa para el museo mucho
más que una simple sede. Señala, además,
un punto de vista sobre la historia que aquí
se cuenta. Implica que el relato de esa historia no
debería ser entendido como algo dado, sino como
un proceso en permanente construcción orientado
a incidir sobre el presente. Una construcción
que, como todo lo que se hace en un taller, depende
necesariamente de una tarea colectiva.
En
la muestra, objetos, voces, fotografías, textos
y videos se asocian para intentar que este edificio,
con su piso de tacos de madera, sus manchas de grasa
y sus cañerías en desuso, invite al
ejercicio de reponer lo que no está, indagar
en lo que sucede e imaginar lo que todavía
no es.
En
las paredes de este museo teléfonos de la era
Entel recogen fragmentos de las entrevistas a ferroviarios
que el museo realiza a diario. Se recomienda escuchar
estos testimonios en relación con los bancos
de trabajo que portan las herramientas que muchos
de estos ferroviarios utilizaban, junto a 'libros
de chapa" referidos a los talleres en los que
trabajaban. Una base de datos ubicada en la sala de
usos múltiples permite visualizar la totalidad
del patrimonio de la institución.
Una
historia de cartón pintado
Sobre la vía que atraviesa el taller ocho vagonetas
transportan máquinas. Máquina de Hacer
Patria, Granero del Mundo, Máquina Carnero,
Aparato Nacionalizador, Aparato Obrero, Grúa
Financiera, Bomba de Evaporación y Vaciamiento,
Argentinizador de Acción Manual. Entre todas
cubren 120 años del ferrocarril en Bahía
Blanca, desde la llegada en 1884 de la primera locomotora
a la ciudad (en realidad al puerto) hasta nuestro
presente.
¿Qué
clase de máquinas son estas? Son máquinas
de hacer historia, de hacer Nación, de formar
identidades. Son máquinas que producen relatos.
Algunas están oxidadas, otras funcionan más
o menos, pero los efectos de esos relatos perduran
todavía. Estás máquinas están
en el taller a la espera de ser revisadas por cada
visitante.
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